Del 19 al 22 de enero se llevó a cabo una reunión organizada por el Consejo Internacional de Uniones Científicas (ICSU), que reunió a diversos investigadores y cuyo objetivo fue crear relaciones entre los diversos proyectos que actualmente se realizan a nivel mundial sobre cambio climático y buscar un enfoque inter y transdisciplinario, para el desarrollo de esquemas de análisis que permitan tener una perspectiva más amplia para la predicción y resolución de problemas ambientales.
El ICSU es un organismo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y coordina todas las uniones científicas del mundo; otro órgano paralelo a ICSU es el Consejo Internacional de Ciencias Sociales (ICSS), al cual pertenece el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que co-dirige el Dr. Roberto Alejandro Sánchez, de El Colegio de la Frontera Norte.
Las grandes transformaciones de procesos hidro-físicos se han auspiciado a través de cuatro programas básicos: el Programa Internacional Geosfera-Biosfera (IGBP), el Programa de Investigación Mundial del Clima (WCRP), el Programa Internacional sobre la Biodiversidad (DIVERSITAS) y el Programa Internacional de las Dimensiones Humanas del Cambio Ambiental Global (PNUMA), comenta el doctor.
El catedrático resaltó que en esta reunión por primera vez estuvieron juntos todos los proyectos de investigación que colaboran con ICSU buscando la posibilidad de colaboración entre proyectos.
“Lo que ha hecho ICSU es tratar de coordinar toda esta investigación sobre los cambios globales en el medio ambiente, […] lo que están tratando de hacer es fomentar la investigación interdisciplinaria y transdisciplinaria, […] que cuando menos tres de estos proyectos se transformen en un solo programa, para que trabajen en conjunto”, agrega.
Señala que se ha hecho un esfuerzo muy grande en los últimos dos años para partir de estos programas a un nuevo proyecto llamado Future Earth, la nueva iniciativa de ICSU, “para tener investigación interdisciplinaria a nivel internacional para dar mejor respuestas a lo que hasta ahora se ha logrado, […] cómo la comunidad científica internacional trabaja en conjunto para entender mejor estos problemas y tener mejor esta capacidad de solución”.
“A lo que estas reflexiones llevan es que en realidad, a pesar de los avances que tenemos de conocimiento, por ejemplo, la química atmosférica, los problemas en los océanos, poco sabemos qué tipo de acciones se requieren de manera integrada… eso trata de ver esto”.
“Nosotros estuvimos hablando con gente que trabaja en la cuestión de salud, los factores que inciden en que se aceleren los procesos de la enfermedades infecciosas, por el ejemplo el SARS o la influenza, o por ejemplo la gripe aviar o estas enfermedades que de repente se disparan, no es que salgan de la nada, pero que de repente se vuelve una crisis”.
“Lo que estamos tratando de ver –continúa –es cómo el proceso de urbanización puede ser un detonante de que se aceleren estos procesos, o sea, cómo se van introduciendo cambios en una serie de asentamientos que producen cambios en la zona de suelo, […] que éstos se vuelven factores que aceleran el surgimiento o la fortaleza de los patrones de cómo se distribuyen las enfermedades”.
“Mi trabajo con ellos [por casi veinte años] está enfocado mucho a todos estos cambios globales que tienen que ver con las ciencias sociales, pero enfocado a cuestiones ambientales”.
El PNUMA es un proyecto internacional que co-dirige con personal de la universidad de Yale, en él se encuentran colaborando investigadores de todo el mundo y estudia las interacciones entre los procesos de urbanización y los cambios globales en el ambiente, se trata de ver cómo “las áreas urbanas interactúan con el cambio global, […] por ejemplo, en el caso del clima, cómo las emisiones de los vehículos de transporte, de residuos sólidos, de todas estas emisiones de efecto invernadero afectan al clima y realmente son los factores que inciden en el cambio climático y viceversa, cómo los procesos biofísicos afectan a las ciudades”, dice.
El doctor señala que hay fenómenos que no son tan obvios, pero en los cuales hay que poner atención, por ejemplo, cómo las zonas de consumo y producción de áreas urbanas inciden en cambios en uso de suelo a nivel global.
“Cuando uno revisa todo el ciclo de problemas se da cuenta que uno de los elementos importantes es la demanda de ciertos productos que se generan en las áreas urbanas, esto tiene que ver con las nuevas geografías de urbanización”.
Según el investigador, la población urbana aumentará a un 70% para las décadas de 2030-2050, y ese proceso de urbanización “se vuelve cada vez más un detonante importante en muchos de estos cambios globales”.
El investigador manifestó que no ha habido un impacto fuerte en la toma de decisiones como en los planes de desarrollo: “Se siguen trabajando las inversiones sin tomar en cuenta las consecuencias que puede haber en el planeta… hay una preocupación porque la capacidad de soporte del planeta se está agotando por la rapidez e intensidad de los cambios”climáticos tan acelerados que no se habían visto.
El ICSU, fundada en 1931, es una organización no gubernamental cuyo propósito es promocionar la cooperación en las ciencias y sus aplicaciones a la humanidad, cuya Secretaría Principal se halla en París; el ICSU cuenta con un Consejo Ejecutivo electo, una Junta Ejecutiva auxiliada por comités políticos; tiene tres oficinas regionales, una África, Asia y el Pacífico, y América Latina y el Caribe; con 120 miembros que representan a 140 países; y cada tres años se convoca a una Asamblea General de Miembros, que se realizará este año en Aukland, Nueva Zelanda, a finales de agosto.
