Más allá de la desaparición forzada y la tortura sexual

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viernes 27 de enero de 2023

La crueldad, entendida como una forma exacerbada de la violencia, intencional y dirigida, no constituye una excepción de ciertos estados nacionales modernos sino que, por el contrario, ha sido uno de los pilares institucionales e históricos para que los gobiernos existan en primer lugar. Adquiriendo carices particulares de momento a momento y de geografía a geografía, nuestro tiempo configura la crueldad como una rotura de las esferas públicas y privadas, en que el dolor se expone, se utiliza y se ideologiza con fines políticos de contención, reacción y autoridad.

En ese sentido, Colombia aparece como destino crucial. Su larga historia de lucha y situaciones críticas (el combate al narcotráfico, las fuerzas guerrilleras y los golpes de estado), además de su posición como estado que colinda con tantos otros, lo hace idóneo para el estudio de las secuelas psicosociales que estas acciones dejan, sobre todo, en las disidencias políticas e identitarias del país: las feministas, los grupos vulnerables y fronterizos, aquellos olvidados por la autoridad, o en el peor de los casos, recordados solo para agredirlos.

La doctora Julia Estela Monárrez Fragoso, a través de una estancia sabática en la región fronteriza de Cúcuta, Colombia, realizó el libro “Más allá de la desaparición forzada y la tortura sexual”, en el cual explora las implicaciones comunitarias de este dolor compartido, la manera en que se procesa y se significa, y los métodos mediante los cuales un sector muy expuesto de la sociedad colombiana ha hecho frente a una guerra que, difícilmente, podría decirse que ha terminado. El foco de la cuestión es, en pocas palabras, cómo estos individuos hacen memoria.

En cuanto a la metodología, cabe resaltar lo interdisciplinario en el hacer de la doctora Estela; si bien, tal como ella misma lo marca, ha privilegiado el análisis de género, por ser el que más parte tiene en cuanto al sufrimiento subjetivo en las experiencias de las mujeres, no ha dejado fuera otros factores analíticos cruciales: la raza, el género y la orientación sexual. A través de estas consideraciones, se labra un análisis que pretende dar de cuenta de cómo esta multiplicidad de opresiones, encimadas todas en un solo cuerpo, son capaces de producir experiencias y aprendizajes tan dispares com atados por un hilo circunstancial común: el del sufrimiento humano y las situaciones límite que llevan a él.

De dicha manera, a través de puntuales pero certeras intervenciones de voces críticas y testimoniales ajenas a la narración de la autora, como de las organizaciones feministas o de defensas de los derechos humanos, se va (re)creando la atmósfera en que las experiencias dolorosas fueron vividas. En síntesis, se concluye que la reflexión debe llevar, casi que obligatoriamente, a la comprensión, a la empatía: ¿Qué quieren las víctimas? ¿Qué puede hacerse, sino para reparar el daño, para mitigarlo y prevenir que se repita?

Prestar atención , desde lo académico y lo social, a la manera en que las personas elaboran soluciones y alternativas, es querer cambiar las condiciones materiales que posibilitan el sufrimiento. Sueldos dignos, estructuras urbanísticas incluyentes, sistemas de salud holísticos, que traten por igual los desajustes tanto físicos como los psicológicos, es quizá un primer paso tentativo para ello.

El libro se encuentra disponible a través de: https://libreria.colef.mx/detalle.aspx?id=7907

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