El Dr. Alfonso Cortez Lara, director de la Unidad Mexicali de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), explicó la situación actual en torno al cumplimiento del tratado de reparto de aguas del río Bravo entre México y Estados Unidos, así como los retos técnicos y políticos que enfrenta el país para atender sus compromisos internacionales.
El investigador recordó que no es la primera ocasión en que surgen diferencias respecto a los volúmenes que México debe entregar a Estados Unidos, conforme al acuerdo que establece un promedio anual de 431 millones de metros cúbicos, equivalentes a 2,150 millones de metros cúbicos por quinquenio. El ciclo 2020–2025, concluido el 25 de octubre pasado, cerró con un saldo pendiente de aproximadamente 986 millones de metros cúbicos.
Cortez Lara señaló que el tratado permite cubrir los adeudos en el quinquenio siguiente, por lo que México está obligado a aportar el volumen anual establecido y, adicionalmente, una parte proporcional del rezago acumulado. Sin embargo, advirtió que esta situación presenta una dificultad técnica significativa, debido a las condiciones críticas de la cuenca del río Bravo, afectada por una sequía prolongada desde finales de los años noventa, fenómeno similar al que enfrenta la cuenca del río Colorado.
A este escenario se suma el crecimiento de la demanda hídrica en ambos lados de la frontera y la presencia de cultivos altamente consumidores de agua, como el nogal y la alfalfa, predominantes en Chihuahua. El director subrayó que este estado aporta entre 48 y 49 por ciento del volumen que México debe entregar a Estados Unidos, pero enfrenta al mismo tiempo las condiciones de sequía extrema más severa de toda la región.
El Dr. Cortez Lara también recordó antecedentes recientes de presión política vinculada al cumplimiento del tratado. Durante el ciclo anterior, el expresidente Donald Trump realizó diversos señalamientos hacia México. En marzo advirtió que, de no cubrirse el pago para octubre, se detendrían recursos destinados a infraestructura hidráulica en la cuenca del río Colorado, lo cual tendría impacto directo en proyectos para el Valle de Mexicali. Aunque esta acción no se concretó, una segunda medida sí tuvo efectos: la interrupción del servicio que el sur de California brinda para suministrar agua a Tijuana durante los meses críticos de verano, lo que incrementó la presión sobre la gestión local en junio, julio y agosto.
La reflexión completa del Dr. Cortez Lara se encuentra disponible a través del canal de YouTube de El Colef: https://youtu.be/Eu4-qZX6g9k
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