- CONTEXTO REGIONAL Y ARIZONA COMO EPICENTRO
Hoy, Arizona se ha consolidado como el epicentro del proceso de relocalización industrial en América del Norte, impulsado por la necesidad de reubicar la producción de semiconductores en territorios más seguros, cercanos a los mercados de consumo y con mejor disponibilidad energética.
Las inversiones ya están llegando: empresas como Intel, TSMC y Amkor están expandiendo su presencia en el estado, conformando un clúster de manufactura avanzada que combina innovación tecnológica, energía limpia y capital humano especializado.
Además, la cadena de valor del semiconductor se está relocalizando en Phoenix, donde convergen universidades, centros de investigación, proveedores estratégicos y políticas públicas que buscan articular un ecosistema industrial competitivo y sostenible.
- RECONFIGURACIÓN GLOBAL
Este proceso no ocurre en el vacío.
Forma parte de una transformación más amplia de las cadenas globales de valor, que durante décadas concentraron su producción en Asia —especialmente en Taiwán, Corea del Sur y China— y que ahora comienzan a reconfigurarse ante los riesgos geopolíticos y las tensiones comerciales.
A pesar de las vicisitudes de la relación bilateral y de la posible renegociación del T-MEC, Estados Unidos y México han emprendido una estrategia industrial coordinada que busca fortalecer la autonomía tecnológica y energética de América del Norte.
Instrumentos como la Ley CHIPS and Science Act, el Plan México y el Plan Sonora expresan una misma lógica: reconstruir la capacidad productiva del continente sobre nuevas bases de sostenibilidad y cooperación regional.
- EL PAPEL DE LA FRONTERA SONORA–ARIZONA
En este contexto, la frontera Sonora–Arizona adquiere un papel estratégico.
Ya no se trata solo de una línea divisoria, sino de un espacio donde la energía, la industria y el conocimiento pueden integrarse para dar forma a un nuevo modelo de desarrollo compartido.
De eso trata precisamente el proyecto de estancia sabática que estoy realizando en la Escuela de Estudios Transfronterizos en la Universidad Estatal de Arizona, titulado: Gobernanza energética sostenible transfronteriza en la región Sonora–Arizona.
Una de las preguntas que orienta nuestro trabajo es sencilla, pero clave:
¿cómo aprovechar el potencial solar de Sonora y la infraestructura tecnológica de Arizona para construir un ecosistema energético e industrial común, capaz de impulsar el nearshoring de manera sostenible y segura?
La respuesta no depende únicamente de inversión o tecnología.
Depende, sobre todo, de la gobernanza, de la capacidad de ambos países para coordinar sus marcos regulatorios, armonizar sus instituciones y diseñar políticas públicas binacionales que trasciendan las fronteras administrativas.
- OPORTUNIDAD PARA SONORA Y PUERTO PEÑASCO
El proceso de expansión industrial que vive Arizona abre una oportunidad histórica para Sonora, que posee una ventaja natural: su enorme potencial para generar energía limpia.
Con miles de horas de sol al año y amplias extensiones de territorio disponibles, el estado tiene las condiciones ideales para producir electricidad fotovoltaica a gran escala.
El proyecto solar de Puerto Peñasco, por ejemplo, está llamado a convertirse en uno de los más grandes de América Latina y en la base de una futura interconexión eléctrica con Arizona.
Para que ello se concrete, se requiere del desarrollo e implementación de al menos tres mecanismos que la literatura ha identificado como críticos:
- Integración de Redes de Energía Verde.
Desarrollo de interconectores eléctricos entre Sonora y Arizona que permitan compartir capacidad de generación renovable y mejorar la seguridad energética en ambas regiones (Huang et al., 2022; Lomaeva et al., 2024; Xu et al., 2023).
Este modelo facilitaría el acceso a energía de bajo costo para la manufactura avanzada, alineando la región con las estrategias globales de descarbonización industrial (Ahmad y Ali, 2022).
Además de los retos normativos, es indispensable fortalecer la infraestructura eléctrica en la región Sonora–Arizona.
Se requiere la capacidad de generación de energía eléctrica a partir de la fotovoltaica, la construcción de subestaciones de transmisión que incrementen la capacidad de transformación y la construcción de líneas de transmisión adicionales.
Con ello no solo se podrá estar en condiciones de exportar energía renovable a Arizona, sino también se contribuirá a mejorar la disponibilidad de electricidad para impulsar el proceso de expansión de las unidades económicas de Nogales, generando una ventaja competitiva para las empresas maquiladoras que buscan reducir su huella de carbono como parte de sus políticas corporativas.
- Acuerdos de Compra de Energía Transfronterizos.
Contratos de suministro a largo plazo entre empresas e instituciones generadoras de energía renovable en México y Estados Unidos, que aseguren precios estables, reduzcan riesgos de inversión y fomenten la expansión de infraestructura energética limpia (Aluko et al., 2023; IEA/ICF, 2023; Dossou et al., 2023). - Armonización de Estándares Ambientales y Certificaciones.
La interoperabilidad de certificaciones de sostenibilidad y la estandarización de normas de eficiencia energética facilitarían el comercio de bienes sostenibles, reducirían costos de cumplimiento regulatorio y fortalecerían la participación de Sonora en cadenas de valor verdes (Peng et al., 2020; Eaton, 2021; IEA/ICF, 2023).
Si logramos establecer mecanismos regulatorios compatibles entre ambos países, la energía solar sonorense podría alimentar las fábricas de chips de Arizona.
Esto fortalecería la seguridad energética regional, reduciría las emisiones y consolidaría una cooperación energética sin precedentes.
Pero si no planificamos con visión de futuro, podríamos repetir los errores de otras regiones: más consumo, más emisiones y una brecha creciente entre ambos lados de la frontera.
- COOPERACIÓN ENERGÉTICA Y RIESGOS
Si logramos establecer mecanismos regulatorios compatibles entre ambos países, la energía solar sonorense podría alimentar las fábricas de chips de Arizona.
Esto fortalecería la seguridad energética regional, reduciría las emisiones y consolidaría una cooperación energética sin precedentes.
Pero si no planificamos con visión de futuro, podríamos repetir los errores de otras regiones: más consumo, más emisiones y una brecha creciente entre ambos lados de la frontera.
- INTERCONEXIÓN Y EXPERIENCIAS COMPARADAS
El desafío, como lo hemos identificado en forma preliminar nuestro estudio, es que la región Sonora–Arizona todavía no cuenta con una interconexión eléctrica funcional que permita un flujo estable y continuo de energía renovable.
En contraste, otras zonas del país ya han logrado avances importantes.
En Texas, por ejemplo, existen varios enlaces internacionales de alta tensión que operan entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso; en Matamoros, Tamaulipas, operan dos conexiones eléctricas que, aunque aisladas, vinculan directamente con Brownsville, Texas.
Asimismo, en Baja California se localizan dos centrales de ciclo combinado y una planta eólica con permiso de exportación, conectadas directamente a la red de la WECC de California.
Estos ejemplos demuestran que los mecanismos de interconexión eléctrica transfronteriza ya operan en distintas regiones del país y que Sonora reúne las condiciones técnicas, geográficas y energéticas necesarias para convertirse en el siguiente nodo de integración eléctrica entre México y Estados Unidos.
- LLAMADO A LA GEST
Superar estas barreras implica construir una gobernanza energética sostenible transfronteriza, o GEST, que articule a los gobiernos, las universidades, las empresas y los organismos internacionales.
Una GEST que impulse proyectos piloto, fomente inversiones verdes y cree reglas claras para la exportación de electricidad limpia.
Más allá de su dimensión técnica, esta cooperación energética tiene un valor estratégico para la seguridad regional.
En un mundo marcado por tensiones comerciales y crisis climática, garantizar un suministro compartido y sostenible de energía se convierte en una herramienta de estabilidad y competitividad.
- CIERRE – REFLEXIÓN FINAL
Sonora y Arizona pueden ser el laboratorio donde se ensaye este modelo.
Si logramos integrar nuestras fortalezas —el potencial solar, el conocimiento técnico y la infraestructura industrial— estaremos sentando las bases de un hub binacional de innovación y energía limpia.
Como suelo decir… si le va bien a Arizona, le va bien a Sonora; y viceversa.
El futuro de ambas regiones está unido por una misma frontera de oportunidades.
Soy Humberto García Jiménez, investigador de El Colegio de la Frontera Norte. Unidad Nogales.
Gracias por acompañarme en este episodio de Colef Press.
La reflexión completa del Dr. García Jiménez se encuentra disponible a través de: https://youtu.be/fEimuei43mA
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