Consideraciones sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea

Regresar a noticias

Artículo de opinión del Dr. Eliseo Díaz, investigador del Departamento de Estudios Económicos

jueves 30 de junio de 2016

Con motivo de la salida del Reino Unido en la Unión Europea (Brexit) y el plazo que se tiene para su salida oficial, hay que tomar en consideración de que se habla de un periodo de entre dos y diez años para concretar dicho retiro. Pero todo este proceso pasa por decisiones políticas que aún deben de ser tomadas.

Primero, el gobierno del Reino Unido debe solicitar al consejo europeo su decisión, apoyado en el artículo 50​ del Tratado de Lisboa, que define los procedimientos que deben seguirse. David Cameron, el primer ministro, anunció su dimisión y primero deberá organizarse el nuevo gobierno.

Se cree que puede ganar las elecciones Boris Johnson, el promotor ex alcalde de Londres del referéndum. Pero primero tendría que triunfar en las elecciones.

Lo que se puede anticipar es una gran agitación política en ese país o grupo de países en la situación post referéndum que hace complicado prever cuando pueda presentarse la solicitud de retiro,​ y por supuesto, el trato que dé el consejo europeo a dicha solicitud.

El endurecimiento de los principales líderes, Francia y Alemania, que exigen un retiro inmediato y total, anticipa que pueden presentarse conflictos que compliquen más esa definición.

Acerca de que si existe o llegara a existir algún otro país que pudiera seguir este ejemplo, hay fuertes oposiciones en la Unión Europea ​de grupos que desean salirse del acuerdo de integración regional. A mi parecer, la UE agrupa países que ganan y pierden en sentido monetario con la Unión. Se sabe que en el principal país, Alemania, existe una gran oposición a continuar perteneciendo porque ellos son los que aportan más recursos que, en general, van a los países que reciben esos recursos como fondos compensatorios, los cuales son, en general,​ de menor desarrollo relativo, tal es el caso de España, Portugal, Grecia y los de Europa del este recién incorporados.

​La decisión de los ingleses fue alimentada por el temor a la integ​ración de Turquía a la UE, algo que parece ya descartado por razones de xenofobia y temor al terrorismo, porque implicaba seguir canalizando fondos a países con menor desarrollo. Ese temor lo comparten también los alemanes, un país que alberga ya una gran inmigración turca. Francia también tiene fuertes presiones para salir.

Grecia también presenta estas presiones, pero resultantes de que la integración europea les significa menor margen de maniobra para ajustar sus políticas económicas que les permitan superar la graves crisis económicas por la que pasan. En especial con el tema de la soberanía monetaria.

La preocupación central es que la decisión de Reino Unido reimpulse estos movimientos en otros países que causen un daño más serio a la integración continental.

El mercado financiero internacional también está viendo esos escenarios y fundamenta el temor expresado en los movimientos de capital y el comportamiento estratégico de las empresas involucradas en estas tendencias.

En el corto plazo, los efectos ya se han visto en México y en el resto del mundo en general; aunque el comercio con México no es tan grande, las industrias y las empresas relacionadas con comercio e inversiones con el Reino Unido se verán afectadas por la incertidumbre y la volatilidad generada por esta decisión.

Pero el resultado dependerá de las decisiones que tomen esos sectores y de cómo sorteen estos escenarios. De acuerdo con las cifras disponibles, el comercio se concentra en el sector automotriz que puede perder importaciones al Reino Unido.

En 2014, México exportó 14 mil millones de dólares al Reino Unido que representa sólo el 4.3% del total de exportaciones a Europa. No es una cifra importante en efecto, pero el problema es que 84% de esos 14 mmd son exportaciones manufactureras. De ellos, casi 50%, es decir, 761 millones de dólares, son productos del sector de maquinaria y equipo de transporte.

Reino Unido además ha sido un importante contribuyente de inversión extranjera a nuestro país.​ A México no le conviene el retroceso económico del RU porque puede afectar la relación comercial y de inversión.​

Al respecto, se debe distinguir entre lo que son los efectos de corto plazo de los efectos a largo plazo. El problema con el Brexit y la velocidad con que llegue a concretarse, es que abre un periodo de incertidumbre que afectará al Reino Unido, a la economía internacional y a los mercados financieros. Cuando llegue a concretarse, puede que sea menos importante que los daños que esa incertidumbre está ya provocando en la economía mundial.

Más aún, este escenario complica más la situación creada con el proceso de normalización de la política monetaria en los Estados Unidos, que ha estado impactando en la volatilidad del tipo de cambio peso – dólar.

Ese es el corto plazo.

A México lo que le está afectando ahora es la turbulencia en el mercado financiero provocado por la decisión de RU, a través del tipo de cambio como sabemos, pero también del mercado bursátil.

En el largo plazo y en las relaciones particulares entre México-RU, los resultados dependerán de los términos que se acuerden para el retiro de la UE.

Un mayor aislamiento económico del RU puede terminar ayudando a otros socios comerciales del RU fuera de la UE. Pero eso dependerá de la velocidad del proceso y los términos que se acuerden.

Por: Dr. Eliseo Díaz, investigador del Departamento de Estudios Económicos

Redes sociales

Si deseas recibir las novedades de El Colef SUSCRÍBETE

Plataforma Nacional de Transparencia
SIPOT-El Colegio de la Frontera Norte, A.C.
SIPOT-Fideicomiso de Investigación El Colegio de la Frontera Norte