Acerca de las renegociaciones y tratados comerciales: el TLCAN recargado

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Se celebró una reunión con el secretario de economía Ildefonso Guajardo y académicos de El Colegio de México, la UNAM, la UAM, El Colegio de la Frontera y otras instituciones académicas que estudian los aspectos económicos y las relaciones internacionales entre México y los EUA.

lunes 21 de agosto de 2017

El día lunes 14 de agosto se celebró una reunión con el secretario de economía Ildefonso Guajardo y académicos de El Colegio de México, la UNAM, la UAM, El Colegio de la Frontera y otras instituciones académicas que estudian los aspectos económicos y las relaciones internacionales entre México y los EUA. En dicho evento, el Secretario de Economía realizó comentarios sobre la postura del gobierno de México respecto a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la cual, esencialmente, buscará lograr una mayor integración económica en la región de América del Norte, tratando de evitar la consolidación del mayor control por parte de los EUA en los temas de la agenda y las regulaciones que rigen el tratado.

Si bien existe consenso sobre la necesidad de retomar temas que requieren ser modernizados o incluidos, como lo son, entre otros, las regulaciones al comercio digital, los derechos de propiedad intelectual y el tema de las empresas de propiedad estatal (SOE por sus siglas en ingles), la parte central de la reunión se enfocó en conversar sobre los alcances de la postura del gobierno de México y los instrumentos que utilizaría para tratar de contener el franco intento de los EUA de ganar mayor peso a las decisiones, regulaciones y los mecanismos de controversias y regulaciones al interior del TLCAN.

Es interesante subrayar que la Secretaria de Economía sí tiene clara la importancia y las limitaciones de los tratados comerciales, al ser estos solamente una llave de inserción a la globalización. No obstante, se diagnostica claramente que estos acuerdos comerciales no son la panacea para la cura del lento crecimiento económico y los problemas de desigualdad, ni substituyen a las políticas de fomento al crecimiento económico y el desarrollo de la sociedad. En ese sentido, la institución concede que el TLCAN no ha podido solucionar problemas de disparidad regional del crecimiento económico, de los desequilibrios sectoriales y el lento crecimiento de los salarios y la actividad económica de México.

Un punto de común acuerdo con la academia se relaciona con la percepción de peligros que presenta la visión de EUA: se puso sobre la mesa su parte negociadora en el documento enviado al congreso de dicho país, recientemente titulado: Summary of the Objectives for the NAFTA Renegotiation. En ese documento, inmediatamente salta a la vista el tema de la eliminación del capítulo 19 del tratado, que tiene que ver con el establecimiento de paneles para resolución de controversias, lo que abriría la puerta para que los EUA pudiesen tomar medidas proteccionistas como leyes de salvaguardas y medidas “antidumping”.
Otro aspecto que destaca del documento señalado es el objetivo de incrementar el contenido de insumos producidos en la región de Norteamérica para ser utilizados en la manufactura de bienes producidos por los tres países miembros del TLCAN. Este punto busca contener el flujo de insumos electrónicos que México importa de China (el miembro no invitado del TLCAN).

Este tema se enmarca dentro del objetivo central de Norteamérica, el cual refiere a reducir el déficit comercial que EUA sostiene con México y, que en el 2016, alcanzó una cifra superior a los sesenta mil millones de dólares. Esta situación ha generado la idea superficial y la falta de entendimiento del papel que toma el comercio en el crecimiento económico, la cual consiste en una idea mercantilista fijada en la mente del presidente Donald Trump. Este asume que el déficit comercial de EUA con México es un factor injusto y negativo para esa economía.
Favorablemente para México, esta visión no es compartida en su totalidad por los negociadores del comercio internacional de Norteamérica. Sin embargo, este enfoque permeará las negociaciones desde el punto de vista político. Esto es así debido a las promesas de Trump en su campaña, las cuales forzarán a que, en la renegociación, los negociadores norteamericanos busquen generar “medallitas” para colgarle a Trump y a su base política.

Finalmente, un aspecto que se busca desarrollar en esta nueva negociación, es el de incluir, no como un acuerdo paralelo, sino como parte misma del TLCAN, los temas laborales. Este movimiento buscaría que realmente los estándares laborales fueran cumplidos y no solo sean letra muestra, como han sido hasta ahora. Se busca que todos los miembros del TLCAN tengan condiciones laborales aceptables, lo cual implica: salarios mínimos más elevados y mejoras en las condiciones sanitarias y de seguridad laboral. El tema suena positivo, sin embargo, habrá que considerar su posible uso como una herramienta de control del comercio a través de las presiones laborales.

El último punto del documento, pero no el menos importante, es el planteamiento de generar un mecanismo regional para evitar la manipulación del tipo de cambio y prevenir el ajuste de la balanza comercial. Esta propuesta de agenda planteada por los EUA pareciera encaminarse, probablemente sin mucho éxito, a buscar controlar el tipo de cambio de México, es decir, generar un mayor control de la política monetaria del país mexicano. En pocas palabras, entre las líneas de los objetivos de la renegociación del TLCAN que buscan los EUA, existe un interés claro de controlar el marco legal en el que opere el tratado, es decir, generar el primer tratado comercial proteccionista, si es que el término y dichos objetivos hacen sentido.
Ante esta problemática se enfrenta el equipo de negociadores de México y los colados que los acompañan para hacer bulto. La propuesta que llevará este grupo se centrará en cuatro aspectos centrales: la búsqueda de competitividad para la región de Norteamérica, las negociaciones sobre un piso parejo, lo cual ya se ve lejano ante la pistola que presentan los negociadores norteamericanos de una posible salida de EUA sino les parecen los resultados de las discusiones; la modernización del TLCAN y, muy importante, mantener la certidumbre jurídica y evitar la eliminación del capítulo 19.

Así, el equipo negociador mexicano encabezado por el secretario Ildefonso Guajardo tendrá que hacer valer una gran pericia y conocimiento para esquivar y contener la embestida de los negociadores de la administración de Trump, tratando de evitar que los resultados afecten la parte central de las negociaciones sin generar efectos negativos y de mayor subordinación de la economía de México. Para ello, México cuenta con un aliado en Canadá, el cual buscará impedir la eliminación del capítulo 19. Al nivel regional y sectorial, los propios intereses de empresas norteamericanas petroleras de Texas, de los exportadores agrícolas y de las multinacionales de la industria automotriz y electrónica de California y Michigan, también podrán hacer cabildeo para sostener el libre comercio en el tratado, de acuerdo al asombroso sistema político de los EUA. Hagan sus apuestas.

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