Prohibición de bolsas de plástico, sistema económico y protección del medio ambiente

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jueves 21 de marzo de 2019

A partir del pasado 6 de marzo entró en vigor en Tijuana, la prohibición total en la venta, distribución y uso de bolsas de plástico desechables incluyendo las biodegradables, en diversos establecimientos de la ciudad. A partir de septiembre de 2020 se aplicarán multas de hasta 800 UMAS a quienes infrinjan esta nueva ley.

El Dr. Ricardo Santés, Investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), platicó con El Correo Fronterizo sobre esta ley, aciertos, errores y hacia donde deberían enfocarse los esfuerzos en torno a la protección del medio ambiente.

El Correo Fronterizo: ¿Cómo surge la iniciativa de prohibir las bolsas de plástico?

Dr. Ricardo Santés: La iniciativa de las bolsas de plástico no es de Tijuana. Proviene de la campaña Mares Limpios implementada por la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) Medio ambiente en 2017. En el año 2017 comenzó la campaña de los mares limpios. Y en el año 2018 se llevó a cabo un evento en la India en el que se declaró el combate a los plásticos. México por supuesto es miembro de las Naciones Unidas y se comprometió a combatir el uso de las bolsas de plástico. El primer estado que decretó su ley con prohibiciones al uso de bolsas de plástico y popotes, fue Veracruz en mayo de 2018.

La iniciativa de las Naciones Unidas sobre las bolsas de plástico beneficia a las industrias que se dedican a producir otro tipo de plásticos y concretamente las refresqueras. En el rubro de consumo, en todo el mundo se compran 1 millón de botellas de plástico por minuto, y están las cifras oficiales a nivel mundial pero nadie dice nada y nos enfocamos en las bolsas de plástico. Obviamos lo obvio.

Tampoco se trata de si existen o no los instrumentos jurídicos sino si se aplican. Nuestro país tiene de las mejores leyes ambientales a nivel mundial. Pero estamos en una situación crítica en cuanto a medio ambiente porque una cosa es que exista el marco jurídico y otra cosa es que se aplique. Entre el deber ser y el ser hay un gran trecho que se llama corrupción; tenemos un marco de leyes que nos dicen los límites, hasta dónde se puede llevar a cabo una actividad productiva sin dañar los recursos y si llegas a impactar, el marco jurídico te indica como resarcir los daños, el problema es que nadie va de acuerdo con la ley.

El Correo Fronterizo: ¿Es una iniciativa, ahora ley, que podría no beneficiar el cuidado del medio ambiente?

Dr. Ricardo Santés: La ley implementada es positiva; desafortunadamente es insuficiente. Hay problemas ambientales que en síntesis, se deben a dos cosas: sumas y restas.

Las restas son la extracción de recursos, quitarle recursos a la naturaleza para ocuparlos en otros procesos productivos (deforestación de bosques, cacería furtiva, etc.). Las sumas son verter nuestros desechos en el sistema natural, la basura que va hacia los ríos, cañadas, el mar. Estamos dilapidando recursos naturales y devolvemos contaminación. Esto se debe a una racionalidad de uso y abuso de los recursos.

Hace muchos años, teníamos prácticas ambientalmente amigables (se utilizaban bolsas de tela o canastas para transportar lo que se compraba) pero a partir de los años  70’s comenzó a cambiar esa racionalidad a un esquema comercial de uso y abuso: Usar-Desechar.

La sustentabilidad tiene mucho que ver con la forma en que se utilizan los recursos. El caso de las bolsas de plástico es uno de muchos tantos, y en ese sentido sería interesante preguntarnos. ¿Por qué bolsas de plástico y por qué no otros productos elaborados del mismo material? Porque el plástico lo podemos encontrar en una variedad impresionante. Más del 99% de los plásticos se fabrican a partir del petróleo, gas natural o carbono, los cuales en sí mismos son contaminantes y no renovables. En la producción de plástico cada año se usan 17 millones de barriles de petróleo, para el 2030 la producción anual de plástico será de 619  millones de toneladas a nivel global. Para el año 2050 la industria del plástico podría consumir 20% de la producción global de petróleo. Solo en el rubro de producción.

El Correo Fronterizo: ¿Entonces más que hábitos individuales se debería enfocar en los hábitos de producción del sistema económico?

Dr. Ricardo Santés: Las alternativas son las necesidades, las necesidades se crean; las necesidades la crea la sociedad misma y el sistema económico.

Para México también sería muy saludable que se combatiera el uso del plástico en las botellas de refrescos. Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Instituto Nacional de Salud Pública dicen que la y el mexicano, en promedio, bebe 163 litros de refresco al año. En perspectiva equivale a beber 446 mililitros diarios de refresco, es decir 1.3 latas de 355 ml al día pero recordemos que aquí las latas son más caras que los plásticos entonces la gente prefiere comprar refrescos en botella. Nadie está pensando en eso. Los diputados del congreso local celebran que aprobaron una ley prohibición de bolsas de plástico de un solo uso, pero nadie dice nada de los refrescos. Eso enmascara las cosas.

En todo el mundo se compran 1 millón de botellas de plástico por minuto. Cada año se usan 5 billones de bolsas plásticas desechables. 50% de todo el plástico producido está diseñado para usarse una sola vez.

En cuanto a los residuos, 10% de todos los residuos generados por el ser humano son plástico. Cada año se producen  300 millones de toneladas de residuos plásticos; y se requieren cientos de años para que se degrade en el ambiente pero nunca se degrada por completo. El plástico de las bolsas, por ejemplo, se va fragmentando hasta convertirse en micro plástico, mismo que se van al mar y al pasar por la cadena trófica regresan a nuestra mesa. Se ha demostrado que muchos organismos que consumimos contienen micro plástico.

Se ha encontrado que 90% del agua embotellada contiene partículas de plástico. Cada año desechamos entre 4.8 y 13 millones de toneladas de plásticos en los océanos. Y en el 2050 nuestros océanos podrían contener más plásticos que peces. De acuerdo a datos oficiales del programa ambiental de las Naciones Unidas.

El Correo Fronterizo: Por último ¿hacia dónde deben dirigirse los esfuerzos de concientización?

Dr. Ricardo Santés: La concientización más que dirigida al ciudadano, debe ir dirigida al sistema económico que es quien  crea las necesidades, la gente es el consumidor último. El que llega al súper y utiliza las bolsas, compra botellas de plástico o cualquiera de los productos que consumimos y que se venden en envases o envolturas de materiales contaminantes (shampoo, papas fritas, jugos, refrescos, etc) es porque esa es la oferta. ¿Por qué no ofrecerle más opciones? Las empresas deben generar un rediseño de sus procesos productivos. Eso es lo que se está proponiendo a nivel internacional; que las grandes empresas rediseñan sus esquemas de producción. Justamente para evitar los problemas ambientales. Sin embargo de eso no se habla. Falta que la industria sea proactiva.

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