La relación bilateral México-Estados Unidos ante el nuevo Congreso

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jueves 15 de enero de 2015

Hasta hace apenas unos días se inició en forma la labor del Congreso en Estados Unidos con una mayoría por parte del Partido Republicano. Preguntamos las implicaciones que esto podría tener sobre los migrantes mexicanos en Estados Unidos, y los investigadores nos ubicaron en el contexto actual y los factores que se deben tomar en cuenta antes de una especulación sobre lo que podría suceder en los próximos años.

El Dr. José María Ramos, investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública, resaltó que las características de dicho partido son sus tendencias políticas y éticas, por lo que tendrá repercusiones en la frontera México-Estados Unidos, sobretodo en la relación con los temas centrales de migración.

Aclaró que, si bien, los primeros años de la administración del presidente Obama éste endureció políticas negativas para los migrantes, como el reforzamiento de la frontera y de la expulsión de migrantes indocumentados, su triunfo a la presidencia dejaba pendiente un compromiso hacia la población hispana, “el compromiso era precisamente la reforma migratoria” ya que el voto hispano había sido determinante.

Con las medidas anteriores, explicó el Dr. Ramos, el Presidente Obama estaba buscando contar con el apoyo del Partido Republicano “para que vieran que la administración demócrata del presidente Obama estaba haciendo algo por resguardar, por fortalecer las fronteras” (esto, partiendo de la premisa de los republicanos de que los migrantes son negativos para la sociedad norteamericana). Sin embargo, tal apoyo no se dio. En ese contexto es que fue posible la expulsión masiva de migrantes, un fenómeno con un impacto que “no se había dado en la historia reciente de los Estados Unidos”, agregó el investigador.

Atendiendo entonces a esa deuda, el presidente Obama estableció la reforma migratoria con el objetivo de apoyar los procesos de indocumentados. Esto, aclaró, “es importante desde el punto de vista político, social, ideológico; porque ‘de una’ rompe esta división que se da desafortunadamente entre esta Cámara dominada, ahora por el proceso electoral del noviembre pasado”, explicó Ramos. Además, que una tendencia republicana podría abolir esta situación y el impacto benéfico para la comunidad de origen hispano, pero “la participación de estos actores va a ser importante para una nueva reelección”, es decir, que repercutirá también en los votos.

El investigador también consideró importante resaltar que en el pasado proceso electoral, en los Estados de la frontera sur, excepto California, continuaron gobernadores republicanos, quienes ganaron con un 20 a un 30% de votos de la población de origen hispano. Esta valoración, dijo, debe hacerse sobre todo en Estados como Texas y California, que son la octava potencia económica a nivel mundial, y que “ese avance se ha dado gracias a una participación muy importante de la población de origen hispano en términos de las diversas actividades donde participan”.

En el caso de California, Jerry Brown, gobernador demócrata electo por tercera vez, ha implementado una serie políticas que buscan el reconocimiento de la participación de la población hispana en estos procesos a nivel económico, financiero y social. Por ejemplo, la medida de que los indocumentados de cualquier nacionalidad puedan obtener su licencia de manejar. Sin embargo, la situación puede volverse negativa hacia los actores republicanos que tienen el voto hispano, pues “en una elección federal conforma cerca del 10 al 15%, y a nivel de los Estados conforma casi el 30%, sobretodo en el caso de Texas y California”.

El Dr. Ramos sugirió también que esta situación representaba una serie de retos para el gobierno mexicano de “generar alianzas con esos actores claves que van a seguir gobernando el país en los siguientes dos años”. Sin embargo, esto no parece que pueda suceder en las óptimas condiciones. En una entrevista con el Dr. Jorge A. Bustamante, Miembro Fundador de El Colef e investigador del Departamento de Estudios Sociales, afirmó que incluso en la última entrevista que se realizó Obama a Enrique Peña Nieto, hace unos días, se reflejó la asimetría de poder que caracteriza la relación bilateral entre ambos países, una “desigualdad institucionalizada”, aseveró.

“Ésta asimetría de poder que caracteriza todas las relaciones entre los dos países, se manifestó en esta entrevista que nos permitiría, como referencia, ir a lo coyuntural. En que el tema que muchos consideran, entre ellos yo, el tema principal de las relaciones bilaterales es el que se deriva de la existencia de una comunidad de ciudadanos mexicanos que residen de manera permanente en Estados Unidos y que actualmente está entre los 10 y los 15 millones, es decir, una población bastante mayor que más de la mitad de los Estados que componen a nuestro país, a México“.

El investigador criticó que los derechos humanos de los migrantes mexicanos en Estados Unidos no se incluyeran en la agenda, lo cual traerá como consecuencia “una mayor vulnerabilidad de los migrantes mexicanos en Estados Unidos”, entendiendo vulnerabilidad como la ausencia de poder, la cual es más grave en migrantes del sexo femenino y en menores de edad.

Agregó que, “si bien, el Presidente Obama ha tomado la decisión de producir una acción afirmativa, una decisión política para beneficiar a los migrantes, esta acción ejecutiva sobre la migración que ha sido muy controversial, habla de la posibilidad de legalizar a los indocumentados que se encuentran en estados unidos sin documentación migratoria que entre los mexicanos habla de un número por lo menos mayor a seis mayores, es decir, es un número muy considerable. Y entonces estos indocumentados podrán legalizarse en condición si cubren una serie de requisitos. Esto puede beneficiar a más de dos millones de ciudadanos mexicanos que residen actualmente en Estados Unidos, que yo calculo estarán en condiciones de llenar los requisitos que pide la propia decisión presidencial para obtener una legalización”. Sin embargo, dicha política deja fuera a más de 10 millones de mexicanos que “se van a ver en peores condiciones”, es decir, serán agravadas sus condiciones de vulnerabilidad.

Agregó también que los beneficios de dicha política eran relativos porque podría tratarse de una medida temporal con la mayoría del Partido Republicano en el Congreso de Estados Unidos, pues el Presidente Obama ya no tiene posibilidades de reelección o candidatura. Lo anterior permite pensar en “la fragilidad de cualquiera de las decisiones que ya tomó el presidente Obama con la decisión ejecutiva” ahora con el dominio del Partido Republicano, y en si esto podría resultar negativo para los migrantes.

Lo que pueda cambiar en dos años con respecto a las políticas migratorias para los mexicanos “habla de una fragilidad en las relaciones bilaterales con Estados Unidos, que tiene tanto poder frente a la debilidad de México, y esto es, en síntesis, lo que podemos esperar de la relación bilateral”.

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