Interior y exterior: migrantes de México

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jueves 12 de diciembre de 2019

En esta edición de El Correo Fronterizo abordaremos el tema de la migración mexicana a través de diferentes manifestaciones: migración interna, internacional y de retorno. Con el fin de identificar características entre sí, ubicar qué define a cada uno de los flujos y conocer cómo, a través de los trabajos académicos, se puede arrojar luz e incidir en las políticas públicas a favor de los migrantes.

LOS DE ADENTRO

Cuando pensamos en migración, solemos asociar la idea a mexicanos que buscan cruzar a los Estados Unidos y, en tiempos más recientes, a personas de Centroamérica que intentan  llegar a México. Sin embargo, la migración interna es un campo de estudio importante. Se refiere a personas de diferentes partes de México que tienen que salir de sus comunidades de origen a causa de diversos motivos.

En el capítulo “Factores económicos y sociales asociados a la migración” del libro “Migración interna en México” (2015), se expone que el crecimiento y desarrollo económico origina la atracción de migración hacia otras entidades del país, se puede inferir que las personas salen debido a circunstancias de marginación, pobreza y desigualdad. Pero, en tiempos recientes, factores sociales como la violencia mostraron tener una influencia en la migración interna.

Otro cambio ocurrido en años recientes es la modificación de los tipos. Por un momento el patrón fue predominante rural-urbana, pero pasó a ser a una migración urbana-urbana, lo que ocasiona que variables como el empleo en el sector manufacturero y en el terciario, además de indicadores relacionados a la seguridad y violencia, tengan mayor peso en la explicación de los flujos migratorios actuales (Acosta y Cruz, 2015).

De acuerdo a  los datos presentados en la publicación, las entidades como Ciudad de México, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Durango son los estados de donde más salen personas en busca de un mejor panorama económico o, en ciertos casos, para buscar mejores condiciones de seguridad. Por otro lado, Quintana Roo, Baja California y Baja California Sur son entidades que están atrayendo a población nueva. 

La importancia del estudio de la migración radica en los cambios poblacionales que traen consigo los flujos. En la migración interna, estos cambios afectan a la estructura social y deben ser atendidos por el gobierno. Es importante conocer cuanta población reside en ciertas partes para hacer una planeación de las necesidades: cuánta población se cambia de residencia, se mueve o migra y saber con exactitud cuántas escuelas u hospitales se necesitan construir, en las regiones/ciudades en donde están llegando las personas.

LA SALIDA

El llamado “sueño americano” es lo que llevó a miles de mexicanos a dejar el país en busca de un mejor futuro para sí y para su familia. El principal motivo de la salida fue el factor económico. Aunque también se podría hablar de mexicanos que salieron por cuestiones de seguridad y otros para reencontrarse con familiares que ya residían en el país vecino.

Aunque es un tema ampliamente difundido por los medios de comunicación durante la década de los noventas y la primera parte del dos mil, es necesario precisar algunas cifras antes de ahondar en las características de los flujos que regresan a México.

El número de los inmigrantes indocumentados que lograron pasar y quedarse en Estados Unidos […], osciló a mediados de los años noventa entre entre las 277 mil y 315 mil personas por año. Aunque para el período 1997-2002 podrían haberse colado aproximadamente 365 mil por año (Meneses, 2013).

Actualmente, fruto de todos aquellos migrantes que se quedaron residiendo en Estados Unidos , de acuerdo con la Current Population Survey (CPS, 2018)), se estima que alrededor de 38.5 millones de personas residentes en Estados Unidos son de origen mexicano. 12.3 millones son personas nacidas en México y 26.2 millones son mexicanos de segunda y tercera generación, es decir personas con uno o ambos padres nacidos en México y personas que se autodefinen como personas de ascendencia mexicana, respectivamente.

LA OTRA VUELTA

En los mandatos de George Bush y Barack Obama, se deportaron 267 mil y 700 mil mexicanos respectivamente.  En los primeros meses de la administración del presidente Donald Trump el número de mexicanos repatriados desde Estados Unidos se ubicó en uno de los puntos más bajos, con 63 mil 352 entre enero y mayo de 2017. Según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, entre los primeros cinco meses de 2018 hubo 93 mil retornados a nuestro país, para el mismo lapso de 2019 la cifra alcanzó 89 mil 185.

Ante estos números, más allá de lo que se expone en medios de comunicación como un discurso anti-inmigrante de la administración actual, se puede constatar un endurecimiento de la política migratoria en las últimas década, lo que ha provocado un incremento en las deportaciones de personas que se encuentran en Estados Unidos.

Para los mexicanos, la deportación desde Estados Unidos puede darse por dos vías: la detención por parte de la patrulla fronteriza o por la detención y deportación desde el interior del país por parte de una autoridad migratoria, como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). Esta detención y deportación además se puede clasificar a través de dos categorías distintas “retorno voluntario” (returns) y “remoción” (removals).

La primera categoría no tiene consecuencias administrativas ni penales. Una persona en la categoría de “retorno voluntario” puede tramitar su visa de turista u otro tipo de documento legal para ingresar a los Estados Unidos. Sin embargo, los que han sido deportados a México por medio de la “remoción”, tienen la entrada limitada al país. No pueden ingresar al país en 5, 10, 20 años o, en algunos casos, de por vida tienen prohibido el ingreso. 

Pero ¿cuáles son las características de los mexicanos deportados? Algunos datos que arrojó la Encuesta sobre Migración en las Fronteras (EMIF) referentes al primer y segundo trimestre del 2017 muestran que la mayoría de los deportados son hombres. Además, el 72.3% debido a su tipo de deportación recibieron un castigo por parte de las autoridades de Estados Unidos que limita su entrada al país, en algunos casos son años y en otros de por vida. 

Un dato interesante que muestra la encuesta es la referente a los planes de los deportados que dejaron hijos en los Estados Unidos. El 29% contempló, como opción principal, dejarlos allá y un 22.8% busca reunirse con ellos en Estados Unidos.

EL REGRESO

Como se mencionó, la población mexicana en los Estados Unidos abarca un gran porcentaje de la población latina que reside en dicho país. Sin embargo, un importante número está regresando a México. De 2005-2010 el retorno de migrantes fue de 824 mil personas y de 443 mil en 2010-2015, hay un descenso significativo, de más del 46%, sin embargo, con una suma sencilla, podemos constatar que en diez años retornaron a México más de un millón doscientos mil personas. 

Algo similar ocurre niños, niñas y adolescentes nacidos en Estados Unidos que migraron a México con alguno de sus progenitores, la cifra pasó de 176 mil a 91 mil; en una década fueron poco más de un cuarto de millón de menores de edad que llegaron a México. 

Es necesario reconocer que la población que regresa a México no necesariamente está volviendo a su hogar. Muchos de ellos tenían sus redes sociales construidas en Estados Unidos, un trabajo estable y cierta estabilidad económica. Por su parte, quienes están en edad escolar,  asistían a una escuela, tenían amistades y probablemente México es desconocido, quizás sea algo nuevo ya que no nacieron en este país y no tienen ni siquiera recuerdos, salvo los que tal vez hayan contado sus padres o abuelos en Estados Unidos. 

Por ello es necesario mejorar o crear políticas públicas orientadas a la atención de la población migrante de retorno, que tengan por meta reducir la vulnerabilidad y facilitar la inserción social y económica de la población migrante y de sus familias, así como programas para facilitar el proceso de inserción en las escuelas para  menores de edad. 

El informe “Políticas multinivel para el retorno y la (re)inserción de migrantes mexicanos y sus familias”, realizado por El Colef y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, presenta una serie de políticas públicas que deberían llevarse a cabo a través de diferentes secretarías de Estado, gobiernos estatales y otros actores sociales. Sin embargo, exponen que para atender a los migrantes de retorno es necesario, primero, incluir una definición en la Ley de Migración. Una propuesta presentada en el informe es: Población nacida en México que regresa a vivir al país y sus familiares. Incluye tres grupos: 

  1. Personas mexicanas retornadas por medios propios. 
  2. Personas mexicanas retornadas por la autoridad migratoria de otro país. 
  3. Personas menores de 18 años de edad nacidos en el exterior de padre o madre mexicanos que llega a residir a México como consecuencia del regreso de alguno de sus padres. 

En el caso concreto de los menores migrantes, Eunice Vargas (2019) explica que una de las razones de los problemas de inclusión de menores retornados en escuelas de México podría estar vinculada al escaso conocimiento que éstos tienen del idioma español y las diferencias socioculturales entre las escuelas de ambos países. En este sentido, la especialista explica que es necesario trabajar en el desarrollo de habilidades lingüísticas del español y los programas de inclusión educativa podrían coadyuvar a la retención y la continuidad escolar de la niñez procedente de Estados Unidos. 

La complejidad del fenómeno es innegable, por ello es necesario seguir aportando al análisis de la migración que genere conocimiento aplicable y que ayude a producir cambios estructurales en México y sus políticas públicas, porque, aunque cambiemos de estado, estemos en otro país o que tras muchos años volvamos, seguimos siendo paisanos.


REFERENCIAS:

  • Cruz Piñeiro, R., & Acosta Díaz, F. (2015). Migración interna en México (1st ed.). Tijuan: El Colef.
  • Alonso Meneses, G. (2013). El desierto de los sueños rotos (2nd ed.). Tijuana: El Colef.
  • Alarcón, Rafael, & Becerra, William. (2012). ¿Criminales o víctimas? La deportación de migrantes mexicanos de Estados Unidos a Tijuana, Baja California. Norteamérica, 7(1), 125-148. Recuperado en 9 de diciembre de 2019, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-35502012000100005&lng=es&tlng=es.
  • Coubès , Marie-Laure. (2018). Deportaciones de mexicanos desde Estados Unidos: ¿qué está cambiando con el nuevo gobierno de Estados Unidos?. Coyuntura Demográfica (18), 87-93.
  • El Colegio de la Frontera Norte y Comisión Nacional de Derechos Humanos. (2019). Políticas multinivel para el retorno y la (re)inserción de migrantes mexicanos y sus familias. México.
  • El Colegio de la Frontera Norte. (2016). Migración interna en México | Diálogos desde la frontera #62 [Video]. Retrieved from https://youtu.be/1XHGLwEBl

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