Globalización musical versus sonoridades culturales: hegemonías y resistencias sónicas

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jueves 27 de agosto de 2020

El libro, “Etnomusicología y globalización. Dinámicas cosmopolitas de la música popular”, es el tercero de una serie dedicada al análisis de las prácticas consecuentes a múltiples relaciones entre el fenómeno de globalización musical y las sonoridades culturales, los procesos de modernidad y la música indígena o tradicional. El contexto de las publicaciones anteriores ha descansado en el interés por abordar el panorama actual de las músicas migrantes, y posteriormente examinar el recorrido de las “persistencias y transformaciones” musicales, derivadas por procesos socioculturales de alcance global. 

Ahora, este nuevo compilado surge de un encuentro entre musicólogos y etnomusicólogos, en el marco del Congreso de la Sociedad Mexicana de Antropología celebrado en octubre de 2017, en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). En esa ocasión, se reunieron a fin de discutir temáticas y avances de investigación. 

Por ello, se amalgaman los trabajos aquí expuestos, pues, aunque las académicas y académicos provienen de variadas disciplinas musicales, abordan diversos pueblos, tradiciones y géneros musicales, comparten la intención de, desde la antropología y la etnología como lentes de enfoque, hacer explícitos los nexos entre la música y la globalización. La tarea principal es reconocer la existencia de formas de relación entre hegemonía musical y música étnica, además, comprobar que “la música étnica también integró elementos musicales hegemónicos como estrategia de diálogo, pero también de resistencia ante la hegemonía musical expresada a nivel global”. 

Bajo esa lupa, debe entonces establecerse que por mundialización se entienden estrategias de dominación de prácticas “musicales periféricas o marginales”, mismas que, dentro de la modernidad son identificadas como “exóticas” y “estremecedoras”, sonidos y saberes que, desde luego, continúan marcados por procesos históricos de colonización y neocolonización interna. En ese orden de ideas, dentro de la globalización no existe un intercambio cultural sin formas violentas de dominación. 

El libro se divide  en  tres apartados, conformados por 11 capítulos. La primera parte se titula Emergencia musical de traiciones regionales. “Al filo de la globalización: Localidad regional y expresiones musicales afrodescendientes de la Costa Chica”, del Dr. Carlos Ruiz Rodríguez, es el texto inaugural. En él se establece un acercamiento a las comunidades afrodescendientes pobladoras de la Costa Chica, franja costera localizada entre Acapulco, Guerrero y Puerto Ángel, Oaxaca. Su propósito es examinar el actual estado de sus resultantes musicales después de múltiples dinámicas históricas de contacto, como lo es la glocalidad o un eventual proceso de fusión. 

“Relocalizaciones: Reflexiones acerca de lo propio y lo ajeno en la escena musical de Bobo-Dioulasso (Burkina Faso)”, del Dr. Alfonso Castellanos, ejemplifica lo postulado anteriormente, considerando la escena musical de Bobo-Dioulasso, en Burkina Faso, África, donde la incorporación cultural, sello de la glocalidad (fusión entre localidad y globalidad) se establece no por imposición sino por voluntad, selección, adaptación, apropiación y creatividad, dotando a su esencia de nuevos comportamientos y configuraciones plurales. 

“Cambios y permanencias de la música de carnaval entre los otomíes de la Sierra Norte de Puebla” lo co-escribieron el Dr. Jesús Gonzalo Camacho Jurado y la Dra. María Eugenia Jurado Barranco. La reflexión gira en torno al escenario actual de la población otomí, misma que yace obligada al desplazamiento desde Pantepec, Puebla hacia E.E. U.U. La necesidad de migrar ha marcado su forma de celebrar las fiestas y carnavales, pues, al afrontar nuevas condiciones que imprimen la necesidad de adaptar sus tradicionales ritos, funciones y espacios, también resignifican la música.  

“Relaciones ontológicas de las calabazas, arcos y huesos de venado: Territorios modernos que se expanden y transforman a través de la sonoridad entre huicholes, coras y nahuas (mexicaneros)”, de la Dra. Xilonen María del Carmen Luna Ruiz, finaliza este apartado con su investigación etnográfica in situ, es decir, no exógena. Su propuesta etnografía local recoge la instrumentalización de la producción musical y cultural de la Sierra Madre Occidental, región del Gran Nayar, para entenderla bajo principios ontológicos, como un mapa de referencia de variaciones, rupturas y multiplicidad.   

Un segundo apartado, “El rock en los nuevos escenarios culturales”, comienza con la investigación del Dr. Abraham Stephen Castillo Bernal, intitulada “¡Invierte la cruz invertida! Primeras apreciaciones sobre el metal cristiano mexicano”. Dentro, el Dr. Castillo toma como recurso de estudio el rock protestante y en específico el metal cristiano. Su mirada etnográfica cae sobre el XV Éxodo Metal Fest, festival en Tlaxcala, un escenario en donde los discursos musicales propios de la iglesia se diversifican para incorporar otros géneros musicales al ritual religioso. 

“De la fricción en las prácticas musicales a los mecanismos de la puesta en escena en los grupos Hamac Caziím y Jonaz Chichimeca: Fusiones de música indígena contemporánea” es el sexto capítulo, escrito por la Dra. Edith Regina Escutia Solis. Como objetivo, analiza el rock del grupo autóctono concáac o seri, denominado Hamac Caziím, oriundo de Sonora, en comparación con la tradición chichimeca de música de fusión, misma que caracteriza al grupo Jonaz Chichimeca. 

“El bats’i rock como escena musical juvenil de Los Altos de Chiapas” figura como el séptimo y último capítulo del segundo apartado, escrito por el Dr. José Humberto Sánchez Garza. Este texto es un claro esfuerzo por considerar la inmanencia de los fenómenos locales en la música global, es decir, se encarga de delinear esa brecha que pareciera enteramente separarles. 

El tercer apartado, “Globalización musical, migración y medios” recoge la exposición de los trabajos restantes. “K-pop y J-pop dance cover en la Ciudad de México: Globalización e identidad” es un capítulo del Dr. David Quezada Torres. Este espacio pone de relieve la configuración de actuales cambios en las relaciones internacionales, entre occidente y oriente. Apoyado en la etnografía digital, el cometido del texto es visibilizar los complejos fenómenos a los que se han inscrito los géneros musicales “K-pop” y “J-pop”, como articuladores de ciertas identidades juveniles alrededor del mundo. 

“Desarrollo de las industrias de la música popular en el noreste de México: Monterrey y sus radiodifusoras como nodos regionales”, de los Drs. José Juan Olvera Gudiño y Emerson Carlos Muñiz Soto, aborda la importancia de la industria musical norteña como catalizadora de una cultura y economía regional. Así dicho, ejemplifica mediante tres radiodifusoras de la ciudad de Monterrey, México, que a principios de 1990 se convirtieron en articuladoras del crecimiento de la industria musical norteña o conjunto norteño. 


“Etnografía sobre el bajo sexto en el noreste mexicano: El caso de la migración y la globalización”, penúltimo capítulo de la obra, fue escrito por el Dr. Ramiro Godina Valerio. Por su parte, haciendo uso de la documentación histórica, el Dr. Godina establece un recorrido de circuitos por donde la difusión del bajo sexto se extendió en el noroeste de México. 

Por su parte, el último capítulo “De la mundialización en la música: ¿Qué tan globales son las músicas locales?”, del Dr. y compilador, Miguel Olmos Aguilera, sopesa la pertinencia teórica de algunas categorías destinadas a flujos migratorios, movimientos poblacionales y movimientos musicales en conjunto, de tal forma que ejemplifican el proceso de mestizaje entre sociedades musicales. 

De tal manera recorren las diversas reflexiones en torno a las sociedades modernas, de movilidad acelerada, en contraste con las metamorfosis paulatinas, frecuentes en sociedades y pueblos de tradición oral. En este universo de la modernidad, donde ya colindan todas y todos, se intensifican los cambios constantes de producción, interpretación y percepción de los sistemas culturales. Sin embargo, considerar a cada sociedad dentro de su espacio y proceso particular es parte de una experiencia compleja por sí misma. Permitiéndonos recordar que la creatividad, creación y difusión de experiencias estéticas de cada cultura son una forma de representación única en el mundo, tanto urbanas como rurales, evocaciones que imaginan las sonoridades mundiales develan contextos actuales y no ya sólo modernos o tradicionales

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