Este 27 de mayo, en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana (CECUT), se llevó a cabo la presentación del libro En las memorias de un antropólogo. Testimonios y experiencias críticas en el trabajo etnográfico, un volumen coordinado por el Dr. Miguel Olmos Aguilera. El evento reunió a destacadas voces del ámbito académico: la Dra. Christine Alysse Von Glascoe, el Mtro. Humberto Félix Berumen y el propio Olmos Aguilera, además de a Eduardo Rodríguez Reyes como moderador. Los participante ofrecieron reflexiones agudas sobre los límites, tensiones y verdades ocultas del trabajo de campo en antropología.
Lejos de limitarse a un repaso técnico, la presentación se convirtió en una toma de postura colectiva sobre la necesidad de mirar hacia la dimensión afectiva de la práctica etnográfica. En uno de los testimonios compartidos por el Dr. Olmos Aguilera, este recordó una frase dicha por el antropólogo Duane Metzger, «lo que sabe un antropólogo después«…frase que permaneció en su mente y que ayudó a estructurar el presente volumen como una serie de relatos y reflexiones, de investigadores consagrados y estudiantes, en torno a la disciplina, a la teoría y el trabajo de campo antropológicos.
Duane, explicó, narraba con intensidad sus experiencias en América del Sur y Chiapas, revelando no solo datos, sino también las cicatrices emocionales que deja la inmersión prolongada en el trabajo de campo. “No es lo mismo un antropólogo neófito que va dos o tres veces a una comunidad que aquel que ha vivido sus vicisitudes desde dentro”, afirmó, resumiendo además el espíritu del libro.
Uno de los ejes más potentes de la discusión fue la reivindicación de la subjetividad como parte legítima del quehacer antropológico. Se evocó la publicación de los diarios de Malinowski en 1967 y cómo los enfoques posmodernos en Estados Unidos los reinterpretaron como el verdadero rostro de la antropología: un ejercicio íntimo, contradictorio, emocional. Se recordó que Malinowski no escribió esos diarios para publicarlos, sino como un modo de resistir el colapso interior que le provocaba el aislamiento cultural.
La mesa coincidió en que la etnografía no puede reducirse a datos fríos, bases de datos o esquemas técnicos. Las emociones, los afectos, el cansancio, las crisis de identidad, también forman parte del conocimiento producido en este campo, tan fundamental en las humanidades.
El libro se encuentra disponible para su compa, en edición impresa y digital, a través del siguiente enlace: https://libreria.colef.mx/(X(1)S(0mxxg0usqk20zean3d1mr4zw))/detalle.aspx?id=7998
