UNO NO BASTA
No es correcto señalar solo un factor como el detonante que lleva a las personas a desarrollar conductas violentas o delictivas. Si bien situaciones de índole individual, familiar, escolar o social pueden ser factores de riesgo, la probabilidad de que uno de estos factores (por separado) genere problemas es remota; sin embargo, la combinación de factores va aumentando la probabilidad de que una persona cometa actos de violencia.
En cuanto a los principales factores de riesgo que se pretenden atender, por medio de la política de prevención social de la violencia y la delincuencia en México, se encuentran:
- Individuales: adicciones, intolerancia, baja capacidad de resolución de conflictos, embarazo temprano y violencia en el noviazgo.
- Familiares: baja cohesión familiar, estilos parentales coercitivos y agresivos, bajo nivel de ingreso familiar y participación de familiares en actividades ilegales.
- Grupales: participación en grupos pares involucrados en actividades con violencia, drogas o delitos.
- Educativos: deserción escolar y violencia escolar.
- Comunitarios: deterioro del capital social, entornos deteriorados, fácil acceso a armas y cultura de la ilegalidad.
- Sociales y culturales: carencias esenciales para el desarrollo humano integral, falta de opciones de estudio.
Sin embargo, al igual que la violencia no surge de un solo factor, la solución tampoco puede provenir atendiendo solo uno de los factores. Tal como señala Andrés Sumano (2020): los programas de prevención de la violencia escolar no pueden ser exitosos si no se combinan con programas que fomenten estilos de crianza positiva. Los programas para la crianza positiva no pueden ser exitosos sin la presencia de oportunidades laborales para los jóvenes. Los programas de inserción laboral para jóvenes no pueden ser exitosos si no se complementan con calles adecuadamente vigiladas por la policía.
LOS CAMBIOS DE PARADIGMA
La administración pública en México fue formada bajo las premisas de la burocracia establecidas por Max Weber. En este sentido, la administración pública estaba diseñada para cumplir con dos objetivos: maximizar la eficiencia de la actuación administrativa y garantizar la equidad en el trato a la ciudadanía (Sumano, 2020). A través de este enfoque, la burocracia weberiana es eficiente porque hace lo que los procedimientos dicen, sin embargo, ante hechos sorpresivos o escenarios de incertidumbre, no resultan tan efectivos.
En la década de 1980, se planteó una alternativa a la burocracia weberiana: la nueva gestión pública. Este nuevo modelo propuso como respuesta la externalización de servicios, la gerencialización y la dirección de objetivos, sin embargo, al igual que el enfoque de Weber, ésta tampoco estuvo exenta de críticas. La principal se centraba en que se trataba de un modelo que buscaba adaptar procesos del sector privado al sector público, cuestión que no resulta eficiente dado que en el sector público no se tienen claro los objetivos que se pretenden alcanzar, a diferencia del sector privado, debido a que los problemas públicos son diversos y complejos.
Un tercer modelo implementado en México es la administración pública deliberativa. Tiene como supuesto elemental el predominio del equilibrio y la generación de consensos sobre la razón técnica. En la administración pública deliberativa el debate no se limita a un intercambio pasivo, sino que se transforma en una construcción activa (Sumano, 2020). Es decir, no se limita a instituciones que dictan, al contrario, en este tipo de administración se plantea o se busca la colaboración entre diferentes actores de la sociedad para generar colaboración, comunicación y diálogo. Andres Sumano señala que en el ámbito de la seguridad ciudadana en México, este modelo puede observarse a través de la implementación de prácticas como los observatorios ciudadanos en la materia y modelos de policía dentro del paradigma de política ubicada en la comunidad.
DE LADO A LADO
Como se dijo anteriormente, desde la administración pública deliberativa se pueden implementar prácticas y políticas referentes al ámbito de seguridad. Un caso dentro de las prácticas de prevención desde este modelo es el Observatorio Urbano Local de Nogales (que ha operado desde 2007), como parte de los alcances de este observatorio, se identificaron las zonas con mayor hacinamiento y carencia de espacios públicos y se procedió a la creación de espacios o restauración de los existentes. Se crearon centros comunitarios para fomentar la convivencia entre vecinos de diferentes colonias. Se identificó qué jóvenes no tenían oportunidad de continuar con sus estudios y se propuso la creación de una escuela preparatoria municipal.. Otra problemática fue que familias migrantes que trabajan en maquiladoras dejaban a sus hijos en casa sin supervisión, colocándolos en escenarios de vulnerabilidad, ante esto se propuso la creación del Club de Niños y Niñas de Nogales.
Como parte de los resultados derivados del observatorio, se redujo el número de homicidios en 90%, el robo de vehículos descendió en 28% y lesiones en 58%. Se recuperaron 56 espacios y se construyeron once parques. Además de una red de centros comunitarios que benefició a más de 20 mil personas. Referente a la preparatoria municipal, comenzó con 300 alumnos y creció más de 400% para el ciclo 2012-2013.
Pero, aunque se tengan buenas intenciones, si no se cuenta con un buen diseño de programa, existe la posibilidad de que los objetivos no se cumplan. Tal es el caso de la implementación del Subsidio para la Seguridad en los Municipios y Programa Nacional de Prevención del Delito en el norponiente de Ciudad Juárez. Para hacer uso de este recurso federal, las autoridades locales están obligadas a implementar acciones contenidas dentro de un catálogo, en relación, las autoridades locales presentan a la federación propuestas de acción.
Sin embargo, las condiciones en torno a seguridad, violencia y prevención, no mejoraron; el nivel de homicidios se ha incrementado, tampoco se presentó disminución en la prevención de la violencia intrafamiliar, la escolaridad de los jóvenes no mejoró y las áreas públicas intervenidas o construidas, no cumplieron con su función de atraer a la comunidad y apropiarse del espacio, principalmente por el mal diseño de obra que no ofrecieron las condiciones mínimas de esparcimiento, un ejemplo de esto es la falta de luminarias en los parques o el caso de un parque que fue construido en un dique, por lo cual se inunda.
UN POCO DE POLÍTICA PÚBLICA
Andres Sumano (2020) señala que a pesar de este tipo de primeros esfuerzos para la construcción conjunta de políticas públicas con base en la razón dialógica, siguen existiendo deficiencias en la teoría del cambio que sustenta algunas de las acciones y programas de prevención social, aunque las propuestas surgidas desde el enfoque deliberativo han resultado ser mejores comparadas con propuestas que han surgido desde modelos burocráticos weberianos o de la nueva gestión pública. Aunado a ello, estos fallos podrían deberse a la resistencia de ciertos actores que evitan el cambio de paradigma administrativo.
De igual manera, a pesar de la generación de espacios de diálogo y construcción conjunta de políticas públicas en materia de prevención social de la violencia y la delincuencia, los actores no gubernamentales (sociedad civil e iniciativa privada) no incrementaron su participación de una manera significativa, que permitiera compensar las carencias de la acción gubernamental. Andrés Sumano señala que para que funcionen, estos y futuros programas, surgidos desde la administración pública deliberativa, debe existir una alta confianza entre las diferentes áreas del gobierno y los ciudadanos para que la toma de decisiones y la generación, así como el intercambio de información, se dé de manera horizontal.
Los problemas contemporáneos son cada vez más complejos y requieren de diferentes actores para su solución, no basta con la intervención de la autoridad o de las instituciones, es necesario que actores de la sociedad civil, ciudadanos, se sumen a las iniciativas para desarrollar programas de prevención social de la violencia y la delincuencia; sin embargo: no es suficiente sin la construcción de confianza entre política y comunidad, la proximidad policial para resolver problemas de la comunidad y la mejora del sistema de justicia penal (Sumano, 2020).
REFERENCIAS
Sumano, José. (2020). Prevención del delito en la frontera norte a través de la administración pública deliberativa. Gestion y Politica Publica. 29. 67. 10.29265/gypp.v29i1.657.