Información general

Ecoparque. Un proyecto de El Colegio de la Frontera Norte

La ciudad de Tijuana tiene más de dos millones de habitantes. Debido al acelerado crecimiento urbano, la industrialización y la globalización, sus índices de crecimiento han superado durante las últimas tres décadas la tasa de crecimiento nacional.

Tijuana enfrenta problemas de escasez de agua potable, contaminación por aguas residuales, erosión hídrica y eólica, situación que se agrava por la construcción de zonas habitacionales, comerciales e industriales, provocando la destrucción de la capa vegetal y el aislamiento de la vida silvestre lo que consecuentemente impide el desarrollo sustentable.

El Colegio de la Frontera Norte, a través de su programa Ecoparque ha asumido un reto de contribuir a restaurar el capital ecológico de la ciudad de Tijuana, tomando como base la administración de aguas negras como un recurso.

El proyecto Ecoparque inició en 1986, cuando El Colef puso en marcha el estudio de un sistema descentralizado de tratamiento y reutilización de aguas negras con el objeto de contar con agua para riego urbano. El proyecto buscaba descubrir mejores formas de administración y aprovechamiento de recursos hidráulicos, con la finalidad de conservar el ambiente urbano y mejorar el bienestar de la población.

Misión

La misión de Ecoparque se inscribe dentro del concepto de protección al medio ambiente. Dicha misión consiste principalmente en promover el cambio de conciencia de los visitantes y comunidad en general. Para ello cuenta con un sistema de Tratamiento de aguas residuales alternativo y ha implementado talleres de Educación Ambiental para demostrar la posibilidad de modificar las actitudes de los visitantes.

Visión

La visión consiste en demostrar que la implementación de nuevos mecanismos de acción sobre la problemática ambiental son suficientes para contribuir a resolver la misma. En el futuro se pretende ampliar dichas acciones, incrementado la capacidad de tratamiento de aguas residuales como un modelo alternativo y viable para las condiciones regionales. De igual manera se reconoce la función que la Educación Ambiental tiene como instrumento sumamente valioso; de aumentar su oferta contribuirá a modificar la conducta de los habitantes de la región.