De acuerdo a un informe presentado por World Justice Project (WJP), sobre cuestiones de corrupción, legalidad y Estado de derecho, durante 2019, el rubro de orden y seguridad registró una caída en 19 estados del país respecto al puntaje obtenido en 2018 como consecuencia del aumento en la tasa de homicidios, la prevalencia e incidencia delictivas y del deterioro de la percepción de seguridad de los mexicanos. Se publicó además de que existe una percepción de un alto porcentaje de corrupción de los gobernadores, así como la falta de acceso a la justicia, la poca eficiencia de los procesos de justicia civil y diferentes fuerzas policiales.
Ante el tema de la corrupción y las organizaciones policiales, la Dra. Lorena Pérez Floriano, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), explica que “la corrupción no es algo único en la policía de Tijuana, mexicana o latinoamericana, la corrupción existe en todos los países y organizaciones del todo el mundo, la corrupción es algo inherente a las organizaciones humanas. El asunto es que exista en menor o mayor medida”.
La especialista retoma el caso de la policía de Tijuana y señala que, aunque exista una alta tasa de homicidios, “la gente pueda circular y salir con relativa normalidad, las personas pueden realizar sus labores cotidianas y eso es, en gran parte, con defectos, un estado de derecho”.
Aunado a ello, la académica agregó que a nivel institucional los problemas de la policía en México (municipal, estatal y federal) se debe, en parte, a que los altos mandos no entienden las relaciones y lazos que existen entre las y los policías (procedimientos oficiales, formas de actuar y códigos no escritos). Además de que “si los secretarios, comandantes, no entienden esas relaciones, no están ahí para poner el ejemplo de lo que es ser valiente, honesto, anticorrupción, tendremos problemas muy fuertes”.
La reflexión completa se encuentra disponible en: https://youtu.be/g6Fs00b8Y3Q