El II Seminario Internacional sobre Migración y Política Pública: Los Dreamers y Niños Exiliados por la Deportación de sus Padres, tuvo en su primer día de actividades un cierre dedicado a la presentación del documental “El mural de Malaquías Montoya en El Colef: La historia de Tijuana”. Durante la misma, el artista Malaquías Montoya, invitado de honor, relató a los jóvenes Dreamers acerca de su historia personal. Mencionó que su inspiración ha sido su madre, pues fue un gran ser humano amante de la música y el arte y dijo también que todos eran artistas, pues el arte es parte esencial de quienes son, refiriéndose a él mismo y a los jóvenes.
Por su parte, el profesor de The California-Mexico Studies Center (CMSC), Armando Vázquez-Ramos, agradeció a Montoya su presencia en el evento y cedió la palabra al Dr. Jorge Bustamante, fundador y profesor emérito de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), quien estaba profundamente agradecido por haber formado parte de la experiencia con los jóvenes dreamers. Enseguida, procedió a hablar acerca de Montoya y su obra:
“Su creatividad se reflejó en el muro que se ha convertido en ícono de El Colef. Nos permitió conocer la manera en que él vio a los actores revolucionarios de México, e hizo referencia a la historia de Tijuana”.
Indicó que en la época de la Revolución Mexicana, no había manera de llegar a Baja California más que por mar o por el país vecino, y Porfirio Díaz tenía un acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos, donde éste marcaba por ley que era un crimen serio que aquel que estuviera ligado con la revolución intentara entrar a tierras norteamericanas.
“Un grupo de revolucionarios descubrió cómo ingresar a Estados Unidos, logrando entonces llegar a Tijuana. Ahí se dedicaron a organizar a los trabajadores, formando el sindicato Alba Roja para defenderse de los patrones estadounidenses”, así lo dijo el Dr. Bustamante al contar la historia de la ciudad de Tijuana.
Recordó que aquellos que dominaban toda la producción económica de la ciudad eran los norteamericanos, quienes iban a Tijuana a hacer lo que en Estados Unidos estaba prohibido, remarcando que la fama de la mencionada ciudad se dio a partir de este contexto.
“Los trabajadores mexicanos que fueron organizados por los revolucionarios fue lo que proyectó Malaquías Montoya: las caras de los líderes de la revolución y, en diferente matiz, los rostros de los patrones norteamericanos de quienes hago referencia, los generadores de la leyenda negra de Tijuana”.
A modo de despedida, agradeció a Vázquez-Ramos por su liderazgo en el evento y por la gran experiencia que fue convivir con los dreamers, expresando la esperanza que tiene en ellos como mexicanos, creativos y soñadores.
