La expansión no planificada de usos del suelo en la zona costera de Tijuana hasta su límite con el municipio de Rosarito, se da por: 1)el establecimiento de asentamientos irregulares, 2)la construcción de fraccionamientos y 3)el desarrollo turístico-residencial. Esta ocupación del territorio manifiesta un común denominador: alta remoción de material costero, un tipo de vegetación único en el país, con distribución restringida y con alto índice de endemismos. Este trabajo analiza los cambios en el paisaje a través de interpretación de fotografías de 1973 y 1993 y una imágen de satélite digitalizada de 1999. Asimismo, se determinó una proyección de tipos de vegetación y usos del suelo al 2022. Con un muestreo se determinó la calidad (estructura y composición) de la vegetación de interés. Las variables consideradas son: tenencia de la tierra, calidad de los fragmentos y las diversas formas de presión social que son objeto. Se cartografió el gradiente (transición urbano-rural) de distribución de los fragmentos remanentes. Se recomienda que los fragmentos de vegetación natural localizados en la zona urbana sean de uso recreativo y a la vez sean reforestados, los fragmentos que se encuentran ubicados entre lo urbano y rural necesariamente necesitan reforestación.
Aquellos fragmentos localizados en áreas rurales pueden ser de uso consuntivo y fuentes de germoplasma para reforestación de otras áreas. Los datos obtenidos indican la necesidad de buscar formas alternas de conservación de los recursos. Es decir, el mantenimiento de la biodiversidad se cumplirá dando priorización de áreas de cualquier tamaño, lo que equivale al divorcio de la forma tradicionalista del decreto de áreas naturales protegidas. La conservación de la vegetación nativa en esta región cumpliría varias funciones. Entre ellas, aumentar la superficie de áreas verdes a nivel local, disminución de los riesgos a los que está expuesta la población por deslizamientos de laderas (situación muy común en esta zona) en tiempos de lluvias. Por otra parte se contribuiría en la conservación de la biodiversidad del matorral costero. A pesar de ello, quedan espacios abiertos para investigaciones relativas a la dinámica y función de ésta vegetación. Se espera que los lineamientos de manejo obtenidos en este trabajo puedan ser aplicados en otras zonas del país.