Convergencia y cooperación transfronteriza en materia de ordenación del territorio en la frontera Tamaulipas, México-Texas, Estados Unidos

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Estudio del Dr. Oliveras presentado el pasado 4 de julio en la Universidad de Panamá

lunes 14 de julio de 2014

La cooperación México-Estados Unidos en la región fronteriza presenta peculiaridades a nivel local. La franja fronteriza que comprende la zona de Texas en colindancia con Tamaulipas es una zona que se caracteriza por la simetría territorial y socioeconómica que perduró durante décadas, sin embargo, después de la segunda mitad del siglo XX se han incrementado las asimetrías y han surgido iniciativas para el cuidado de las zonas lacustres y de desarrollo regional de ambas ciudades, señala el estudio titulado Convergencia y cooperación transfronteriza en materia de ordenación del territorio en la frontera Tamaulipas, México-Texas, Estados Unidos.
El estudio fue realizado por el Dr. Xavier Oliveras González, investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte, y fue presentado el pasado viernes 4 de julio durante el Primeiro Encontro Latino-americano de Estudos das Fronteiras, celebrado en la Universidad de Panamá.
La investigación aborda dos fenómenos relativos a la ordenación del espacio: por un lado analiza cómo ambos estados han invertido esfuerzos en la restauración de las espacios lacustres por su creciente ocupación y contaminación; y por otro, analiza la cooperación y el avance que ha habido en la construcción y elaboración de proyectos de puentes internacionales que agilicen el comercio y el tránsito en la zona.
Las ciudades, dice, han tenido un crecimiento simétrico debido a que pertenecían al territorio mexicano, después de la división territorial entre México y Estados Unidos, “se establecen comunidades en ambos lados del Río”; entre la década de 1920 a 1940 se duplican las comunidades por el desarrollo agrícola, “fue hasta los 60 con la implementación del sector industrial que se incrementó el desarrollo urbano, demográfico y del comercio internacional”. Esto provocó el nacimiento de ciudades gemelas situadas a cada lado del río.
La ponencia diferencia tres áreas de este a oeste, la primera es “el Bajo Río Bravo-Rio Grande Valley, en la llanura deltaica, dominada por las conurbaciones transfronterizas de Matamoros-Brownsville y Reynosa-McAllen; la Frontera Chica, menos poblada y con un carácter más rural; y, Los Dos Laredos, definida por la conurbación Nuevo Laredo-Laredo, separada del resto y con una mayor vinculación con Monterrey y San Antonio”.
Con el desarrollo de la agricultura y el crecimiento de la urbe, los lagos fueron desecados y habitados, y algunos se convirtieron en vertederos de desechos sólidos e industriales y contaminantes provenientes de la agricultura, cosa que incremento el “riesgo de inundaciones y salubridad”.
En la zona de Texas se han implementado una serie de proyectos para el rescate de las zonas lacustres, en la que interviene todos los niveles de gobierno, desde el federal hasta el local. Se han llevado a cabo proyectos de restauración de resacas, tratamiento de aguas, creación de parques y espacios eco-turísticos, a pesar de ello sigue habiendo espacios que están siendo ocupado o donde prevalece la contaminación.
El caso de Browsnville, indica la investigación, ejemplifica los esfuerzos por rescatar las zonas lacustres: se restauraron resacas y se crearon parques ecológicos y áreas verdes, se prohibieron los vertederos de aguas residuales y se crearon planes de drenaje y de protección contra inundaciones.
En el lado Tamaulipeco las cosas son distintas. La intervención sobre los espacios es mayor a nivel municipal y con escasa participación a nivel estatal y federal; las acciones que se han tomado se caracterizan por la falta de coherencia, continuidad y de una visión integral, la urbanización formal e informal ha provocado que continúe el desecamiento y el relleno de las resacas, así mismo se siguen arrojando residuos sólidos y aguas residuales que acarrean problemas de contaminación y muerte de fauna y vegetación, explica el estudio.
Matamoros y Reynosa son municipios que destacan por su participación en iniciativas de cooperación internacional como la Sustainable cities initiative (SCI) de 2003 a 2005, ésta es una iniciativa canadiense que incluye a gobiernos, actores privados y de la sociedad civil para tratar los problemas generados por la urbanización en los países en vías de desarrollo, dice.
En 2008, Matamoros inició acciones básicas y en 2011 se elaboró el Paseo de los Esteros que incluían la restauración del Laguito y la rehabilitación y construcción de parques y complejos deportivos. En 2014 se empezó a aplicar un plan que busca restaurar la totalidad de los esteros del interior de la ciudad. Las obras del Centro de Arte y Cultura finalizaron en 2010 y las de la laguna, el Parque Cultural y el Estadio de Futbol en 2013; y el Centro Deportivo de Alto rendimiento se prevé finalizar en 2014.
La cooperación que ha habido entre las ciudades fronterizas, señala, se observa también en la construcción de puentes binacionales y de proyectos que se han emprendido para agilizar el intercambio comercial y resolver la afluencia de tránsito. Existen en la región transfronteriza 16 puertos en activo, de los cuales 14 son puentes. La construcción de éstos últimos en las ciudades fronterizas de los estados de Tamaulipas y Texas comenzó a principios del siglo XIX, y en las últimas décadas la creación de éstos fue impulsada por la firma del Tratado de Libre Comercio: el puente Los Indios fue inaugurado en 1992, en el año de 1997 se amplió el Puente Viejo y en 1999 se inauguró Los Tomates, indica el estudio.
En el marco de la cooperación transfronteriza, agrega el estudio, se crearon iniciativas por parte de instituciones como la Cross Border Institute for Regional Development para para la creación de puentes, y se concluyó que la cooperación entre ambas regiones debía aumentar para mejorar infraestructura, movilidad, logística, promoción regional, comercio internacional y desarrollo económico. Las propuestas se trasladaron a los gobiernos locales y de ello resultó la creación del puente ferroviario Alternativa Oriental que se inaugurará previsiblemente este año.
En 2009 se abrió al tráfico el puente Anzaldúas, gracias a la cooperación entre los gobiernos locales, la Mission Economic Development Corporation y las empresas Grupo Río San Juan, de Reynosa, y Hunt Valley Development, de McAllen. Reynosa y Pharr han revisado proyectos de mejora del puente Nuevo Amanecer el cual entró en funcionamiento en 1996 y tiene una media de 11 mil cruces semanales hacia EU, genera cerca de 9 millones de dólares anuales para el gobierno de Pharr. El puente Alliance, que se abrió en 2010, se ha mostrado deficitario para las zonas de Donna y Cd. Río Bravo, a pesar de ello se ha buscado habilitarlo para recibir mayores ingresos.
El estudio concluye que en el lado texano se han visto mayores esfuerzos en cuanto a la recuperación de espacios y la creación de puentes para el traslado comercial, que pertenecen a gobiernos locales de Estados Unidos, es decir, “hay una relación desigual entre ambos lados, donde la convergencia y cooperación ceden a la dependencia y/o la subordinación de uno respecto al otro”.

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